lunes, 21 de noviembre de 2016

Poemerolico

Por Andrés Cisneros de la Cruz

Como pueden ver soy como usted
y no tengo más arma que las palabras
todo el fuego de mis cañones quedó incrustado
en la rabia de cada día

No hay trampa
acérquese a escuchar
esta receta para romper el embrujo de la pobreza
el letargo del temor
la miseria de lo que nosotros
obstinados queremos ver como Imposible

                   Convencidos caminamos
serenos ante un sol ―que ya tiene dueño
aceptamos la realidad
esa que No nos pertenece
la tomamos
decimos
“quizá en algunos años
lo logre, sea yo
el nuevo carcelero
el señor gerente
del palacio, dueño
de la tienda y sus mascotas”
pero desciendes del tren
manchado con el sudor del prójimo
amodorrado de sueños líquidos
           
            : Haz la paz
 el amor
recomiendan para combatir el estrés
                            yoga   (profilaxis del alma)
: haz nudos tu ser
date masaje en los pies
consiéntete
te lo mereces
trabajas todo el día
         haz la paz : te dicen
esa es la consigna
no dejes que nada te agobie
tú estás en tu centro
concéntrate
déjate llevar al núcleo de los pensamientos
que te arrastren a otra superficie
imagina (como dice la canción)
que hay un mundo mejor
en el que tienes coche (bonito, del color que más te gusta)
            casa (quizá no la mansión, pero lo importante es
que en algún momento termines de pagarla)
un dinerito guardado
y dos que tres pesos para ir al cine
              y comer esquites, porque aquí
todos crecimos con la sensación de ser pobres
                                                   (hospitalarios y buenas personas, limpios ante todo)
            guardándonos del lujo de las frituras en la calle
                                 absteniéndonos de comprar más que lo (estrictamente) necesario
y esa es la ley
y se debe de acatar
a fin de cuentas la institución de nuestras ideas
así lo ha formulado
para no salir perdiendo
                 ¿perdiendo qué?
ya no lo recordamos
tampoco importa
      nadie quiere perder
¿o usted sí?
¿apostaría ahora mismo su vida
por una vida nueva?

              ¿No?
pero ni siquiera ha visto
esta otra vida
                de la que le hablo

   Ve a lo que me refiero
no se vaya señora
—fíjese, ahí está el detalle—
           enójese
pero no se vaya
                 
manotee, dígame el color de la ira
        salpíqueme con su odio
Pero es
una mentira
no hay paz
la paz sólo existe
en el útero de la guerra
y cuando nace
se vuelve
nueva confrontación
del mundo

¿No es cierto
que cuando usted sale en la mañana
el vecino ya dejó la basura en la calle
y los niños rayaron el coche —el mismo de sus sueños— ?
Señor, señora, niño, niña
¿no es verdad que hay veces
que quisieran arrancarle la cabeza a golpes
                   al ladrón que se esconde en los callejones
(o al señor presidente que para el caso es lo mismo)?

Haz la paz
es una frase mal empleada por los médicos del confort
             en todo caso hacer la paz
sería estar concibiendo todo el tiempo
         ¿y quién puede hacer eso?

¿Puede usted acaso resolver siempre todos sus problemas?

                             Somos un conflicto
                      un caos
                          un gran laberinto que nos lleva a otro laberinto
                                              cierto, somos caos
               pero no el caos en sí

Es como dejar caer los palillos chinos sobre la mesa
y luego escoger un orden para levantar cada unos de los palos
                            :  somos ese caos
                el caos de levantar todos los palillos
para luego volver a echarlos sobre la mesa

un conflicto que se renueva una y otra vez
―no hay paz―
en paz descansan los muertos

nosotros
ustedes
el niño de la bicicleta
el Juan y la señora de los tacos
              estamos vivos
y nos encanta rabiar
sacudir nuestros cuerpos al ritmo de la vida
                                   meternos bajo los aguaceros
                     enfermarnos
                             para estornudar la muerte
                      
No sé qué hacen ahí parados, escuchándome
mejor agarren sus cosas, dense la vuelta
y aléjense de aquí
                        regresen a sus vidas

porque la función está
por comenzar


Poemerolico

Por Andrés Cisneros de la Cruz

Como pueden ver soy como usted
y no tengo más arma que las palabras
todo el fuego de mis cañones quedó incrustado
en la rabia de cada día

No hay trampa
acérquese a escuchar
esta receta para romper el embrujo de la pobreza
el letargo del temor
la miseria de lo que nosotros
obstinados queremos ver como Imposible

                   Convencidos caminamos
serenos ante un sol ―que ya tiene dueño
aceptamos la realidad
esa que No nos pertenece
la tomamos
decimos
“quizá en algunos años
lo logre, sea yo
el nuevo carcelero
el señor gerente
del palacio, dueño
de la tienda y sus mascotas”
pero desciendes del tren
manchado con el sudor del prójimo
amodorrado de sueños líquidos
           
            : Haz la paz
 el amor
recomiendan para combatir el estrés
                            yoga   (profilaxis del alma)
: haz nudos tu ser
date masaje en los pies
consiéntete
te lo mereces
trabajas todo el día
         haz la paz : te dicen
esa es la consigna
no dejes que nada te agobie
tú estás en tu centro
concéntrate
déjate llevar al núcleo de los pensamientos
que te arrastren a otra superficie
imagina (como dice la canción)
que hay un mundo mejor
en el que tienes coche (bonito, del color que más te gusta)
            casa (quizá no la mansión, pero lo importante es
que en algún momento termines de pagarla)
un dinerito guardado
y dos que tres pesos para ir al cine
              y comer esquites, porque aquí
todos crecimos con la sensación de ser pobres
                                                   (hospitalarios y buenas personas, limpios ante todo)
            guardándonos del lujo de las frituras en la calle
                                 absteniéndonos de comprar más que lo (estrictamente) necesario
y esa es la ley
y se debe de acatar
a fin de cuentas la institución de nuestras ideas
así lo ha formulado
para no salir perdiendo
                 ¿perdiendo qué?
ya no lo recordamos
tampoco importa
      nadie quiere perder
¿o usted sí?
¿apostaría ahora mismo su vida
por una vida nueva?

              ¿No?
pero ni siquiera ha visto
esta otra vida
                de la que le hablo

   Ve a lo que me refiero
no se vaya señora
—fíjese, ahí está el detalle—
           enójese
pero no se vaya
                 
manotee, dígame el color de la ira
        salpíqueme con su odio
Pero es
una mentira
no hay paz
la paz sólo existe
en el útero de la guerra
y cuando nace
se vuelve
nueva confrontación
del mundo

¿No es cierto
que cuando usted sale en la mañana
el vecino ya dejó la basura en la calle
y los niños rayaron el coche —el mismo de sus sueños— ?
Señor, señora, niño, niña
¿no es verdad que hay veces
que quisieran arrancarle la cabeza a golpes
                   al ladrón que se esconde en los callejones
(o al señor presidente que para el caso es lo mismo)?

Haz la paz
es una frase mal empleada por los médicos del confort
             en todo caso hacer la paz
sería estar concibiendo todo el tiempo
         ¿y quién puede hacer eso?

¿Puede usted acaso resolver siempre todos sus problemas?

                             Somos un conflicto
                      un caos
                          un gran laberinto que nos lleva a otro laberinto
                                              cierto, somos caos
               pero no el caos en sí

Es como dejar caer los palillos chinos sobre la mesa
y luego escoger un orden para levantar cada unos de los palos
                            :  somos ese caos
                el caos de levantar todos los palillos
para luego volver a echarlos sobre la mesa

un conflicto que se renueva una y otra vez
―no hay paz―
en paz descansan los muertos

nosotros
ustedes
el niño de la bicicleta
el Juan y la señora de los tacos
              estamos vivos
y nos encanta rabiar
sacudir nuestros cuerpos al ritmo de la vida
                                   meternos bajo los aguaceros
                     enfermarnos
                             para estornudar la muerte
                      
No sé qué hacen ahí parados, escuchándome
mejor agarren sus cosas, dense la vuelta
y aléjense de aquí
                        regresen a sus vidas

porque la función está
por comenzar