Por Andrés Cisneros de la Cruz
Como pueden ver soy como usted
y no tengo más arma que las palabras
todo el fuego de mis cañones quedó incrustado
en la rabia de cada día
No hay trampa
acérquese a escuchar
esta receta para romper el embrujo de la pobreza
el letargo del temor
la miseria de lo que nosotros
obstinados queremos ver como Imposible
Convencidos caminamos
serenos ante un sol ―que ya tiene dueño
aceptamos la realidad
esa que No nos pertenece
la tomamos
decimos sí
“quizá en algunos años
lo logre, sea yo
el nuevo carcelero
el señor gerente
del palacio, dueño
de la tienda y sus mascotas”
pero desciendes del tren
manchado con el sudor del prójimo
amodorrado de sueños líquidos
: Haz la
paz
el amor
recomiendan para combatir el estrés
yoga (profilaxis del alma)
: haz nudos tu ser
date masaje en los pies
consiéntete
te
lo mereces
trabajas todo el día
haz la paz :
te dicen
esa es la consigna
no dejes que nada te agobie
tú estás en tu centro
concéntrate
déjate llevar al núcleo de los pensamientos
que te arrastren a otra superficie
imagina (como dice la canción)
que hay un mundo mejor
en el que tienes coche (bonito, del color que más te gusta)
casa (quizá no la mansión, pero lo
importante es
que en algún momento termines de pagarla)
un dinerito
guardado
y dos que tres pesos para ir al cine
y comer
esquites, porque aquí
todos crecimos con
la sensación de ser pobres
(hospitalarios y buenas personas, limpios ante todo)
guardándonos del lujo de las frituras en la calle
absteniéndonos
de comprar más que lo (estrictamente) necesario
y esa es la ley
y se debe de acatar
a fin de cuentas la institución de nuestras ideas
así lo ha formulado
para no salir perdiendo
¿perdiendo qué?
ya no lo recordamos
tampoco importa
nadie quiere
perder
¿o usted sí?
¿apostaría ahora mismo su vida
por una vida nueva?
¿No?
pero ni siquiera ha visto
esta otra vida
de la que le hablo
Ve a lo que me
refiero
no se vaya señora
—fíjese, ahí está el
detalle—
enójese
pero no se vaya
manotee, dígame el
color de la ira
salpíqueme con su odio
Pero es
una mentira
no hay paz
la paz sólo existe
en el útero de la
guerra
y cuando nace
se vuelve
nueva confrontación
del mundo
¿No es cierto
que cuando usted sale en la mañana
el vecino ya dejó la basura en la calle
y los niños rayaron el coche —el mismo de sus sueños— ?
Señor, señora, niño, niña
¿no es verdad que hay veces
que quisieran arrancarle la cabeza a golpes
al ladrón que se esconde en los
callejones
(o al señor presidente que para el caso es lo mismo)?
Haz la paz
es una frase mal empleada por los médicos del confort
en todo
caso hacer la paz
sería estar concibiendo todo el tiempo
¿y quién puede hacer eso?
¿Puede usted acaso resolver siempre todos sus problemas?
Somos un conflicto
un caos
un gran laberinto que nos lleva a otro laberinto
cierto,
somos caos
pero no el caos en sí
Es como dejar caer
los palillos chinos sobre la mesa
y luego escoger un orden para levantar
cada unos de los palos
: somos ese caos
el caos de levantar todos los
palillos
para luego volver a echarlos sobre la
mesa
un conflicto que se renueva una y otra vez
―no hay paz―
en paz descansan los muertos
nosotros
ustedes
el niño de la bicicleta
el Juan y la señora de los tacos
estamos
vivos
y nos encanta rabiar
sacudir nuestros cuerpos al ritmo de la vida
meternos
bajo los aguaceros
enfermarnos
para estornudar la muerte
No sé qué hacen ahí parados, escuchándome
mejor agarren sus cosas, dense la vuelta
y aléjense de aquí
regresen a sus vidas
porque la función
está
por comenzar